por Javier Romualdo
La tercera entrega de la saga “El Conjuro” (“The Conjuring”) lleva el terror de vuelta a los cines con una trama que se basa en el juicio de Arne Johnson, un famoso caso de 1981 en el que la defensa utilizó como argumento la “posesión demoníaca”.
El juicio, por un asesinato en una pequeña localidad de Connecticut, atrajo la atención de medios de comunicación internacionales y despertó el interés por teorías conspiratorias, que ya venían alimentadas por películas antiguas como “El exorcista” (1973) y “El bebé de Rosemary” (1968).
La histeria colectiva en relación a las figuras demoníacas llevó a que el fenómeno se conociera como el “pánico satánico” de la década de 1980.
“Incluso se elaboró una guía oficial para saber cómo tratar crímenes o desapariciones satánicas. Era un tiempo diferente”, explicó a EFE Michael Chaves, el director de la nueva película de la saga de terror que se estrena este viernes en cines y en HBO Max.
Décadas después, “The Law Enforcement Guide To Satanic Cults”, una cinta distribuida entre los cuerpos de seguridad con fines de entrenamiento, mantiene su estatus de culto en la cultura popular.
“El conjuro: el diablo me obligó a hacerlo” (“The Conjuring: The Devil Made Me Do It”) recupera esa época para narrar una trama de terror sobrenatural en la que Patrick Wilson y Vera Farmiga vuelven a sus papeles como los investigadores Ed y Lorraine Warren (un matrimonio que existió en la vida real).
“Es la primera película de la saga que se basa de verdad en un crimen”, destacó Chaves. La franquicia de terror decidió contar con el director de “La maldición de La Llorona” (2019) para dar continuidad a una saga que ha recaudado más de 600 millones de dólares con sus dos primeras entregas y que ha dado lugar a proyectos derivados como las tres cintas de “Annabelle” y “La monja”.
Además, esta cinta es uno de los primeros proyectos de terror que se estrena en cines desde el comienzo de la pandemia, un género que cuenta con un público fiel en las salas.
“Una carta de amor al cine de terror”
“Las películas de ‘El Conjuro’ son siempre una carta de amor al cine de terror”, afirmó el director. Sin embargo, Chaves y el equipo de guionistas encontraron dificultades para abordar desde una perspectiva paranormal un crimen que sucedió en la realidad y que dejó una víctima mortal.
Arne Cheyenne Johnson fue condenado por homicidio en primer grado al asesinar a su casero en 1981.
Él argumentó que se encontraba poseído con una frase que quedó impresa en los periódicos “el diablo me hizo hacerlo“, pero el juez consideró que esa afirmación nunca podría ser probada y, por tanto, era inviable en un tribunal.
“Me preocupaba el hecho de que hubiera una víctima real en esta historia -razonó Chaves-. Pero decidimos tomar el punto de vista del hombre que dice que está poseído”.
“Uno puede saber cómo fue el juicio en internet y comprobar que, a pesar de las creencias, la Justicia funcionó. Esto es una película de ‘El Conjuro'”, añadió.
Con casi 2.000 millones de dólares recaudados entre las dos películas de la saga original y el resto de proyectos derivados, “El Conjuro” es una de las franquicias de terror más lucrativas del cine, solo por detrás de “Godzilla”, que también entregó en marzo uno de los estrenos más importantes de la pandemia.
Tras esta apuesta por las historias basadas en casos reales, tiene previsto estrenar dos nuevas cintas: “La Monja 2” y “The Crooked Man”.
EFE.